Es latente que entre EE. UU. y
la UE existe una relación comercial de suma importancia, no solo en lo que
compete a estos dos sujetos, sino a nivel global.
El embajador estadounidense
Gordon Sondland ha subrayado el pasado 21 de noviembre de 2018 dicha
importancia, pues al margen de sus desacuerdos, ha comparado la relación que
mantienen ambos entes como "un matrimonio fiel, con sus más y sus menos,
pero que sigue siendo sólido" ha insistido en que la relación entre EE.
UU. y Europa "es mucho más que un acuerdo comercial".
Ambas partes son muy
conscientes de la gran importancia de la relación, pues a efectos económicos,
representa un tercio de las transacciones mundiales. EE. UU. y la UE, ha
señalado el embajador, harán lo posible porque ese vinculo prospere, sin
embargo, dice, antepondrán los intereses de EE.UU. siempre.
Ha señalado que, a pesar de
esos desacuerdos y discusiones difíciles, ve natural que en el plano
trasatlántico sucedan estas cosas.
El embajador, en nombre de EE.
UU., ha aprovechado también para arremeter contra la Comisión Europea una vez
más. Esta vez les ha acusando de estar muy lejos de la realidad respecto a los
ciudadanos y las empresas en el plano comercial, y ha dejado muy claro que no
dudará en buscar otros interlocutores en Europa, tales como el Consejo y la
Eurocámara, en caso de que las relaciones se estanquen aún más y no prosperen.
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