domingo, 16 de diciembre de 2018

EE. UU. y la UE: una crisis que afecta a los dos, pero a la que no encuentran respuesta común.

A fecha 26 de Octubre de 2011, una de las características más importantes de la sociedad internacional es la interdependencia que tienen unos estados de otros, o en este caso, una OI de un estado, motivo por el cual, la crisis financiera que afectó anteriormente a EE.UU., tiempo después ha tenido repercusión en el antiguo continente, y, como sujetos de derecho separados que son, comparten la igualdad soberana sobre sus materias de actuación, es decir, cada uno es libre de tomar las medidas con que considerasen necesarias para salir de la mala situación económica en la que se encontraban, que, directa o indirectamente, afectó también a la política comercial.

El Producto Interior Bruto (PIB) de estas dos potencias supone prácticamente el 50 %  del PIB mundial, y las exportaciones mutuas gran parte de su comercio exterior, las cuales se vieron afectadas por las fluctuaciones económicas durante los años de recesión.

Debido a la interdependencia, anteriormente mencionada, ambas partes son conscientes de que deben atacar el problema en base a una política común, pero las diferencias entre uno y otro, ya sea, su modelo económico como su propia situación, EE. UU. Es un único estado, por lo que, es un único gobierno que dirige el comercio exterior, la compra de deuda, tanto nacional como extranjera, etc. Sin embargo, la UE es un conjunto de  Estados, que, a pesar de conformarse como una Organización Internacional de integración, los Estados continúan siendo soberanos, y, muchas veces no aceptan ciertas medidas de la UE, como el hecho de mantenerse reacios los Estados del Norte, menos afectados por la crisis, a comprar deuda de los Estados del Sur, cuya situación era más delicada; así como, la gran inyección que se hizo desde las arcas europeas a ciertos estados y gran parte del sector bancario, para activar la economía.


Las “inyecciones” recién comentadas son uno de los ejemplos del empleo de los medios financieros de las OOII, en otras palabras, la actividad de estos entes supranacionales supone unos gastos, en este caso, la activación económica, y, estos medios financieros se consiguen mediante  las contribuciones de los Estados miembros, que, a su vez provienen de los impuestos pagados por los ciudadanos, en definitiva cuenta, es el contribuyente el que se ve doblemente afectado.


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